El encuentro de Copa Sudamericana en el Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini terminó con enfrentamientos, heridos y más de 300 detenidos.
El partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido tras graves incidentes en las tribunas del estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. Una pelea entre las barras de ambos equipos dejó al menos 19 heridos —dos en estado crítico—, más de 300 detenidos y escenas de violencia que obligaron a la CONMEBOL a cancelar definitivamente el encuentro.
El conflicto comenzó en el primer tiempo, cuando desde la tribuna visitante se arrojaron objetos hacia la parcialidad local. Según testigos, el hecho se habría originado por el robo de una bandera de Independiente por parte de la barra chilena “Los de Abajo”. La situación escaló rápidamente y la policía intervino con retraso.
A los dos minutos del segundo tiempo, con el partido 1-1, el árbitro uruguayo Gustavo Tejera interrumpió el juego tras la invasión de hinchas locales al campo. Luego, parte de la barra de Independiente forzó un acceso hacia el sector visitante, lo que derivó en enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a simpatizantes de la U siendo agredidos y algunos saltando desde la bandeja superior para escapar. Uno de ellos, identificado como Gonzalo Alfaro, permanece internado en estado crítico.
La CONMEBOL informó que el partido queda cancelado por “falta de garantías de seguridad” y abrió un proceso disciplinario. El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó lo ocurrido y pidió garantías para los hinchas de su país. El embajador chileno en Argentina, José Antonio Viera Gallo, visitó a heridos y detenidos.
Desde Independiente, su presidente Néstor Grindetti responsabilizó a la barra visitante, mientras que desde la dirigencia de la Universidad de Chile cuestionaron la disposición de las parcialidades en el estadio y la organización del operativo.
El despliegue de seguridad incluyó 650 policías y 150 agentes privados, pero fue criticado por permitir el ingreso de elementos contundentes al estadio. En total, 350 hinchas chilenos fueron detenidos en distintos operativos.
Las imágenes de los enfrentamientos, que se viralizaron en redes sociales, reavivaron el debate sobre la violencia en el fútbol sudamericano y el rol de las barras bravas. La CONMEBOL deberá ahora definir las sanciones deportivas y disciplinarias.
Fuente: (Cristian Salles para Zona Sur Diario)
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